Circo y música tradicional valenciana: payasas, equlibristas, una cantadora y un guitarrista en un mundo violento, castigador y desigual.
El fandango de Marx contra la justificación de la desigualdad, de la exclusión, del castigo. Un canto a la periferia: escapar del centro, del poder, de la agresión, del abuso, de la elegancia. Comprender de nuevo la esencia cuotidiana y presente del comunismo: “Es Billy Elliot cuando impugna los espacios culturales burgueses y reclama su lugar en el ballet, demostrando que los proletarios no están nacidos para cargar y saben bailar (…) No porque quieran rechazar el esfuerzo de sus padres, sino precisamente para rendirles homenaje, porque en la reacción conservadora de lo inamovible, no hay avance proletario, solo pasiones tristes” (Jorge Moruno, 2013)
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