La prosaica realidad humana toma aire y se eleva en el torso de cuatro bailarines-performers. Ausencia de tabús, deseos desnudos, dos hombres y dos mujeres, y todas las combinaciones posibles. Fuera máscaras porque el deseo funciona así. “Conditions of being a mortal”, es una pieza que sitúa la insoportable levedad del ser en un territorio de goce y disfrute no exento de brutalismo. Sugestivo. Las únicas voces son las de sus jadeos, gritos, susurros y la música de Franz Liszt. Un lenguaje universal que la coreógrafa Adrienn Hód (reconocida como la mejor bailarina húngara contemporánea) ya exploró en la carnal “Dawn”. Un enredo de historias que tiene tintes de teatro, ópera, danza clásica y hasta de vodevil. Una sensualidad atlética, la de sus protagonistas, que se funde con tal plasticidad que ser mortal, en el fondo y en la superficie, no parece tan mala cosa.
A jugar.
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