Los antiguos romanos construían templos dedicados a la paz (ara pacis) para que los dioses no les abandonaran y pudieran disfrutar de largos periodos sin violencia. Desafortunadamente, todos aquellos templos fueron destruidos por nuevas guerras o por religiones intolerantes. Esta dicotomía que ha acompañado a los seres humanos a lo largo de la historia se ve reflejada en la existencia y destino de estos templos: la paz como un esperado deseo contra la violencia como un medio para solucionar nuestros problemas. De esta forma, Xarxa Teatre dibuja a una sociedad rural, festiva y feliz que subumbe ante el furor belicista. El espectáculo rinde homenaje a los artistas plásticos que registraron las atrocidades de las guerras que vivieron, sobre todo, Goya y Picasso.
En consencuencia, Ara Pacis es un alegato a favor de la paz, la alegría y la tolerancia. La ‘fiesta’ se presenta como alternativa a la violencia. El uso festivo de la pólvora frente a su uso militar.
Ara Pacis se basa en antiguas fiestas mediterráneas que utilizan la pólvora para satirizar sobre los comportamientos más injustos de la sociedad; ocurre, por ejemplo, en las fallas o el carnaval. Estamos ante un poema visual con un mensaje claro: la guerra no es la solución a nuestros problemas.
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