Christiane Dosne de Pasqualini posee una historia que todos deberían conocer, porque la vida de una mujer inteligente y apasionada, gran profesional y madre de familia, es un tesoro que no se encuentra a menudo. En el año 1942, con tan sólo 22 años de edad, la joven Christiane viajó desde Canadá a la Argentina para trabajar con el gran Bernardo Houssay en el Instituto de Fisiología. Christiane no sólo fue la primer mujer en ingresar a la Academia Nacional de Medicina de nuestro país, sino que también se convirtió en una de las más importantes investigadoras en la sección de Leucemia Experimental del Instituto de Medicina del CONICET.
Paralelo a su entusiasmo puro en la vida científica, como investigadora para determinar el origen de las células cancerosas, Christiane también dedicó su vida al amor y al trabajo por conformar una familia junto a Rodolfo Pasqualini (una familia de nada más ni nada menos de cinco hijos). Es un ejemplo a seguir la firmeza y perseverancia de esta mujer, que ha logrado resultados invaluables para la historia de nuestro país, siempre impulsados por la pasión y la convicción de creer en uno mismo.
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