“El teatro no es una máquina del tiempo cuyo fin es trasladar al espectador a otra época sino un mecanismo que invita a reflexionar sobre la naturaleza humana en la más estricta actualidad”. Son palabras de Hadi Kurich, autor y director de 1789. En un universo paralelo.
Con esta obra viajaremos a una Francia revolucionaria paralela a la que existió, en la que las viejas fuerzas de la nobleza son sustituidas por una burguesía incipiente. La chispa la ha encendido la señora Montreuil, suegra del Marqués de Sade, que harta de las perversiones sexuales del mismo que afectan ya a dos de sus hijas, conspira para que se cumpla la condena a muerte a la que ha sido castigado judicialmente. La onda expansiva de esta maniobra podría tener daños colaterales: el derrocamiento del Rey y todo el sistema que representa, además de un derramamiento de sangre.
Intrigas palaciegas; lucha de poderes; el amor, las ideas y el deseo de venganza como motor del comportamiento humano, para un montaje que no intenta reescribir la historia, sino que entendamos mejor la sociedad contemporánea.
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