En un gran cuadro negro, el profesor interpretado por Renato Livera escribe la palabra “Colonia”. El espectáculo, escrito por Gustavo Colombini y dirigido por Vinicius Arneiro, ocurre en formato de conferencia en una sala de clase construida por una escenografía simple.
Los delirios de un excéntrico conferencista son el punto de partida de la pieza, que presenta un análisis histórico y conceptual de la palabra “colonia”, recorriendo un universo vasto, desde la integración de los insectos a la turbulenta colonización brasilera, agregando una serie de conjuntos de ideas: política, sociología, botánica y biología.
Transitando entre diversos conceptos, el nombre del espectáculo es también una referencia directa al trágico periodo de un genocidio vivido por pacientes del extinto manicomio “Colonia”, en Barbacena (MG-Sudoeste de Brasil), entre los años 1930 y 1980, donde 60 mil personas murieron y otros millones fueron encarceladas hasta la muerte incluso sin tener problemas mentales.
El público es provocado a reflexionar sobre el pasado y sus desarrollos en una sociedad que naturalmente excluye aquellos que no se encajan en los padrones normativos establecidos.
Colonia, fue el nombre de un hospital psiquiátrico en Barbacena, Minas Gerais, sudoeste de Brasil. Alla, se estima que entre 1960 y 70, cerca de 60mil personas murieron. La gran mayoría nunca diagnosticada con ninguna enfermedad mental. Eran simplemente hombres y mujeres indeseados: chicas embarazadas antes del matrimonio, homosexuales, prostitutas, epilépticos, opositores políticos, alcohólicos. Cualquier persona que tuviese un comportamiento fuera de los padrones de la época. La institución fue cerrada en los años 1980.
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