El bramido de Düsseldorf, es una pieza que relata la agonía y la muerte del padre de un autor teatral en una clínica de Düsseldorf, ciudad a la cual este dramaturgo ha viajado para llevar adelante un proyecto que nunca sabremos con certeza y exactitud cuál es. A medida que la pieza avanza, se van entrecruzando en un vertiginoso juego teatral, las tres posibles hipótesis por las cuales el dramaturgo se encuentra en Düsseldorf y que oscilan entre: la asistencia para concurrir a la inauguración de una exposición sobre Peter Kürten, el célebre asesino en serie alemán de principios del siglo XX conocido con el apodo de El vampiro de Düsseldorf y para la cual el autor ha escrito el catálogo; y la asistencia para firmar un contrato como guionista de películas pornográficas con una de las productoras cinematográficas más importantes de la industria porno europea y/o la asistencia para proceder a su conversión al judaísmo por medio de su circuncisión en la famosa Sinagoga de Düsseldorf. De esta forma, paralelamente al tema de la muerte del padre (que es el central), el texto aborda el tema de los límites del arte, el asunto de la representación de la sexualidad y la cuestión de la búsqueda de Dios.
Escrita en 2016, El bramido de Düsseldorf, sigue la línea de autoficción en la cual el dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco, está incursionando desde hace ya algunos años.
Ficha artística y técnica:
- Texto y dirección: Sergio Blanco
- Intérpretes: Gustavo Saffores, Walter Rey y Soledad Frugone
- Vídeo arte: Miguel Grompone
- Escenografía, vestuario y luces: Laura Leifert y Sebastián Marrero
- Diseño de sonido: Fernando Tato Castro
- Preparación vocal: Sara Sabah
- Preparación de bajo: Nicolás Román
- Comunicación y prensa: Valeria Piana
- Comunicación en redes sociales: Matías Pizzolanti
- Imagen de portada: Rubén Lartigue
- Diseño gráfico: Augusto Giovanetti
- Fotografía: Narí Aharonián
- Asistencia de producción: Danila Mazzarelli
- Producción y circulación: Matilde López Espasandín
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