Mirage

Pasos que golpean el suelo con fuerza y elegancia, cabezas en alto, ropa colorida, cuidadosamente ajustada. Inmersiva, la puesta en escena cuestiona las normas, el escenario y su público. El impulso de las danzas tradicionales, a través de su forma concéntrica, da forma a la escenografía. La energía de los bailarines fluye entre la periferia y el centro. Habitadas por esta fuerza colectiva, sus voces y movimientos se convierten en proyectiles que denuncian tormentos e injusticias. Una imagen suspendida inspirada en un deseo tan violento que trasciende la realidad... Espejismo.