Fulgor es el destello que desprende un cuerpo, su huella, su trayectoria. Este montaje recupera la experiencia que desata el movimiento de los sujetos entre un país y otro en el eje sur-sur, entre la tierra conocida y la deseada, es la historia de los Nocturnos, los Perseguidos, los Hacinados, los Prófugos, los Despreciados, los Malditos, los Escondidos, los Indocumentados; es la historia de un mundo ambulante, historia nacional-internacional velada y desplazada a la orilla.
La migración ha sido entendida, habitualmente, en términos burocráticos como un movimiento lineal entre origen y destino traspasando fronteras, pero sabemos que la migración trae consigo mucho más que un cuerpo pues traslada objetos, modifica identidades, moviliza fuerza de trabajo, explotación y vulnerabilidades. Fulgor es preguntarse ¿qué pasa con la experiencia de estos movimientos? ¿cómo se dibuja en nuestra cartografía personal? ¿desde cuándo el otro se ha convertido en un peligro? Si hombres y animales se han movido libremente desde su origen, encontrándose, siendo otros en el viaje, construyendo una patria en su lengua y un territorio que es su cuerpo; entonces, Fulgor se compone de historias íntimas en el cruce prohibido de líneas invisibles, la escena invoca un paraíso de tierras míticas o mundos imaginarios en los se podría ser lo que se desee. Cuerpos, que obligados o voluntariamente, enfrentan la falta de oportunidades, el desarraigo, la fiesta, el amor y la soledad.
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